Mañana clara, llena de rumores
de pájaros, el aire como pocas veces
tenía esa identidad..., casi tangible
respiraba y el aire
se venía a mí
en una profunda comunión.
Los colores de todas las cosas
me parecieron justos, definitivos
todas y cada una de esas cosas
tenían color, hasta la más oscura sombra
impresionó la mirada.
Todo hizo que fuera apreciado
expandí mi ser, hasta confundirlo todo
en una apoteosis
como nunca hube experimentado.
Sorprendida, te acercaste a mí
y en tus ojos, comprendí
qué poco, me quedaba por vivir.