Tus manos rodearon ya mi cuello,
la música sonaba fuerte al fondo…
sentí que el universo era muy bello,
y estábamos los dos allá en Macondo…
Mariposas volando en formación,
y más cerca sentía yo tu cuerpo…
con mi pecho muy lleno de emoción,
bailaba sin saber si esto era cierto…
Las luces ya giraban sin cesar,
la pista ya se hacía más pequeña…
mis labios te querían ya besar,
y tu permanecías muy risueña…
Y de pronto fuiste tú la que inicio,
tomando sin dudar la iniciativa…
cerrando tú los ojos comenzó,
el baile más hermoso de mi vida…
Tus labios me buscaron lentamente,
haciendo estremecer mi corazón…
quería que durara eternamente,
que nunca terminara la canción…
la música sonaba ahora suave,
perdimos la cordura y la razón…
y así fue que empezó nuestro romance,
la noche en aquel baile de salón.
Humberto Barba