Harapos y nostalgia
Venía desde muy lejos,
desolado, rengo y mal;
y mueren sus sueños viejos
por la miseria fatal,
al desandarse ¡tan lejos!
tabacos, vinos añejos
¡y criptas de negro mal!
Allí miró al vetusto
atalaya, al torreón,
y un ciprés brindó augusto
su nobleza y corazón;
mas, un lloro les fue adusto
¡sombra de fatal arbusto!
los cardos del panteón.
Le mearon sus harapos
los vagabundos de un bar,
y croaron negros sapos
del fangal, simple cantar.
Ya en la soledad, sin trapos,
recordó a sus harapos,
solitario y secular,
y fue, y avanzó meditando
con los grillos del lugar;
con el mazo les fue dando
a los duendes del penar...
La trova negra, trovando,
al muerto le fue librando
de la nostalgia del mar.
04-09-15
Autor: Santos Castro Checa
Mallares – Perú
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