Donaciano Bueno

Obsesos

No me gustan, lo siento, no me gustan

la personas que sufren obsesiones

e intentan trasladarles sus pulsiones

a quienes de esos platos no degustan.

 

Las hay de todos tipos y tamaños,

políticas, sociales, religiosas,

que no dudan crear distintas fosas

recurriendo para ello a los amaños.

 

Neuróticos, su cielo obnubilado,

que de propios delirios, son posesos

-intentan convencerte dando besos-

y hacerte ver el sol si está nublado.

 

Dedican sus esfuerzos, sus ideas,

a sus manos meter en los bolsillos

haciéndole un encaje de bolillos,

con disimulo para que no veas.

 

Y es a eso que dedicarán su vida

y es con esa misma obsesión que mueren,

ni siquiera conocen lo que quieren,

mas ya han perdido su última partida.

 

¿Y a partir de ahora qué? El burro muerto,

las reliquias irán a un relicario,

los huesos pudrirán en un osario

o a abonar las patatas en el huerto.

©donaciano bueno.