YO CLAUDIO

Dos Locos Amantes

Cuando el sol se valla entrando en la tarde

Y la luna lo reciba en sus brazos

viviremos como dos locos amantes

Caminando de la mano, 

por las calles sin descanso.

Las estrellas vigilantes

En la noche

El tren con su silbato, 

Anunciando su partida.

Un palomo herido en su nido

por el dolor de su amada

que lo dejo en el olvido.

Sus oídos ya sordos 

Apenas escuchan el talán talán 

De las campanas en la iglesia,

El correr de los niños al dispensario

Tomados de la mano de un cura 

Que los lleva a su rezo diario.

Mientras a lo lejos, los dos locos amantes,

jurándose amor eterno, 

bajo el árbol, sagrado.