Quiéreme despacio, suave,
sin firmas, sin papeles o dudas,
quiéreme solamente por querer
quererme, como se quiere
la vida, sin dolor y sin saberlo,
como el viento quiere abrasarse
entre hojas, entre ramas,
quiéreme como agua entre las piedras,
espuma en mar agitado, quiéreme
como tú quieras pero quiéreme.
Enamorada deslízate a mis brazos
en penumbra, en claridad de mañana
abierta, deslízate entre mi presente
y mi futuro, y quédate ahí esperándome,
entrelaza tu cuerpo en mis brazos;
pues mi alma en los tuyos se abandona,
porque te quiero sin temor,
olvido o fracaso, quiéreme,
como yo te quiero.
Seamos amantes mas que amados
y vivamos una eternidad
en este abrazo, en estos versos,
en los besos que se nos negaron
antes en nuestras bocas.
En tus besos me voy esperezando
y la caída sin fin que vivía
en el abandono desaparece,
anudados por siempre,
amémonos de todos los modos
que este amor no es pecado,
quiéreme, como nadie has de querer
por qué nadie más conoce
el gozo que brinda tu tacto,
nadie mas conoce la entrega
falaz de piel y su contacto
en un roce como presintiendo
el invierno, en un bochorno de verano,
en un suspiro de otoño y en los colores
de primavera, quiéreme,
aun en el imperio del olvido
donde ahora no regresare,
mientras me quieras.