Reventé la copa
furioso con mis dientes
y me rompí los labios
marcados por tu amor.
Bebí de la copa rota
mi sangre derramada
mezclada con licor.
Y bajaron mis lágrimas
a refrescar mi furia
y no vieron mis ojos
señales de tu amor.
Y siguieron llorando
mis ojos por dolor,
dispuesto a consolarlos
expliqué mi razón.
Fue solo por mi culpa
que se marchó mi amor,
la llamé con mis gritos
y me escuchó el dolor.
Me rompí los labios
con la copa rota
y escribí con mi sangre
un poema a tu amor.