Toda tú, eres de gracia, hasta tu lomo,
son dos copias de dioses tus sonrisas,
dos actos de un amor hay en tu asomo,
y dos veces de ti, las poetisas.
La muerte huye veloz en su ancha ruta
cuando tus dos miradas ¡oh! me clavas
en el fecundo ensueño; hembra absoluta
y en la tarde mortal mis venas lavas.
Tus tardes son las ninfas silenciosas
que de un grito de amor se rebelaron;
es cierto; tú, eres pétalos de rosas
del hermoso rosal. Y así; te amaron:
los topacios mas bellos y olivinos.
Y por eso; mis ojos te lloraron.
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David John Morales Arriola