Y la impronta
te sacudió...
Y se hizo
áspera
y sabia
tu terquedad,
y filantropía.
Y dibujaste perfiles,
esquinas , arrabales
colocaste una charola,
con eso y
tus bondades
de dibujante,
comenzaste tu arte
para ganarte
tu pan, de cada día
Mil caricaturas,
una silla,
un atril
y tu porfía.
Por la avenida,
mil posantes...
Y a tu paso,
marcaste ese
horizonte propio,
sapiente.
... Te perdiste
en la ciudad
desorientada,
por tanta gente.
Tu, dejaste huellas,
e hidalguía.