Perdón por ser tan pesada, tan impaciente y tan alterada.
Perdón por llevar la desesperanza a tu puerta, junto al miedo y la frialdad.
Perdón por ocultarte cosas, por escapar y por mentirte.
Perdón por desesperarme sin razón y por abandonarte cuando me necesitas.
Perdón por decirte que todo estaba bien y luego alejarme para siempre.
Perdón por no hacerte sentir que eras único y especial.
Prometo arreglarlo, prometo volver todo a la normalidad, prometo dejar de ser yo.
Prometo tomarte no soltarte y volver a acariciarte.
Prometo, sí, prometo.
Perdón por lastimarte, acorralarte y apuñalarte.
Perdón por la sangre, perdón por todo el desastre que he dejado.
Perdón por no explicarte lo que realmente me ocurría.
Perdón por hacerte creer que había acabado el tratamiento y que había mejorado.
Perdón por todo y por nada.
Perdón porque sí y porque tal vez.
Prometo que mañana retomo los medicamentos.
Prometo que llegaré puntual a tu entierro.
Prometo, sí, prometo. Y si prometo es porque aún te quiero.