Sebafel

VocaciĆ³n frustrada

La luz del sol no he visto ni la veré jamás

pues la desdicha pudo conmigo, y me venció.

Nada tiene sentido desde que se frustró,

en aquella hora amarga, mi vocación de amar.

 

La mayor aventura decidí acometer

arrimado al brioso don llamado “esperanza”.

Y así, quemé las naves. Pero la deseada

contrición no llego: feliz no pude ser.

 

Hoy declaro funesta mi suerte recibida,

La que me deparó azaroso destino,

La que se ufana en verme entre mierda y ceniza

 

Hoy corto de raíz la embriaguez sin vino,

a la fe que sostuvo cada uno de mis días

Hoy me declaro ateo... sin rumbo ni sentido.