Visión de fondo
Y claro, desgarrarme me ha dolido,
me ha hecho verter gotas de sangre y negras rosas,
me ha hecho pedir que la vida se destruya,
me ha hecho olvidar que al fondo del abismo hay más abismo.
Así que de sufrir algo comprendo,
de andar sin fe, de desvelarse,
de abrazarse a una sombra por armarse
de fuerza y de valor y seguir vivo.
Y claro, es que no siempre se ha podido,
a veces sólo trepas a tu cara,
habitas tu camisa, tiendes gestos
en los que nadie nota tu derrumbe,
a veces simplemente te derrumbas,
no quieres más, no atiendes ni a la luna,
no recibes visitas ni del tiempo,
te escondes en los pliegues de tus ojos
y lloras sin que nadie comprenda que estás triste
y ni siquiera tú tienes pañuelo en que auxiliarte.
Y sufres, nada más, cual un perdido,
cual un vendado que ya espera al fusilero,
cual el que pende de una cuerda bajo un árbol
o el que en un trago bebe de un sorbo su tristeza.
Te puedes desmayar en tus adentros,
perderte sin saber volver al mundo,
o, sin saber, volver a lo que eras antes de esto,
te puedes secuestrar entre coyotes
y aullar como el que rige la manada,
volverte espina de un color aciago
y en cada día al sol clavar tu pus por desinflarlo,
te puedes convertir en otro u otra,
listo para seguir cargando tu rutina,
tus éxitos sin flor en la solapa,
tus besos sin más labios que los tuyos,
te puedes desvestir sin cuerpo en que albergarte,
sin cama en que dormir, sin nubarrones
después de los que hallar el cielo más querido,
te puedes condenar a seguir sólo viviendo
o puedes desgarrarte y comprender
que no existe visión que la verdad no vuelva cierta
si la abrazas con lo que hay de fe en el fondo
de todas tu pasión, de pie en el centro de tu propio caos.
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10 09 15