Delirando entre las cumbres más hermosas
por lo que una noche hiciste y me dijiste,
hoy los poetas me dicen que no existe
lo que fue, y tirito en cumbres borrascosas.
Aún me falta hacer el máster en bohemia,
distinguir el Trejo hotel del paraíso,
aprender que cuando se esfuma el hechizo
lo que ayer me curó es hoy epidemia
de mi cuerpo y de mi mente en pie de guerra,
de mi ego, que jugando al sube y baja,
hoy rebosa de salud, mañana, astenia.
En el cielo de tu boca o en la tierra;
con el frac ante el altar o la mortaja,
debo unirlas y olvidar mis dos Eugenias.