Comentaba un maestro con frases
atinadas, de los privilegiados.
Los separaba en tres clases:
Niños, Estudiantes y Diputados.
Los niños en la Soviética Rusia,
los estudiantes en la culta Francia,
y al final, sin argucia,
y con su marcada elegancia,
dijo:- En México los agraciados
¿Quienes son?... ¡Los Diputados!