Muerte soñadora, incauta,
que te crees señora de los vivos,
tan solo por que están cautivos,
del fúnebre sonido de tu flauta.
Haz gobernado al hombre por centurias,
y por ello te crees la invencible,
por que para ti el hombre es risible,
cuando trata de quitarse tus penurias.
Atas con cadenas gruesas y hundes en lo mas profundo,
con la intención de no soltarnos nunca,
y ningún médico te trunca,
tu receta de muerte al moribundo.
Ante tu afán de gran grandeza te haz olvidado de una cosa,
que a tí, también te llegará la muerte,
pues Jehová Dios que es mas fuerte,
te tiene preparada ya tu fosa.
El sacrificio de Cristo es la espada,
que acabará el dominio que haz tenido.
¡Tengo fe, que quedarás en nada;
pues Jehová Dios, lo ha prometido!.
Autor:Bernardo Arzate