Es tiempo de pelear una nueva batalla, de tomar nuevamente la armadura y todas sus armas para salir al campo de guerra.
No promete ser una batalla fácil el enemigo es visiblemente más fuerte, parece de hecho un gigante, parado en frente de mi, amenazante, duro y sin piedad.
Intenta con todas sus fuerzas paralizarme y neutralizar todas mis armas y escudería. Arrecia con todas sus fuerzas contra mi, vencerme y dejarme en el campo de batalla con las manos atadas es su objetivo
Por mucho tiempo solo levante el escudo para protegerme, me refugié detrás de la muralla y lo dejé gritar y lanzar sus dardos contra mí sin ninguna piedad. Pero hoy no, hoy no es día de refugiarse, es tiempo de salir, soltar todo aquello que me paralizaba detrás de la muralla.
Es una despedida del refugio, de la seguridad y de la comodidad, hoy llegó el momento, Dios ha dado la palabra \"es tiempo\". Hoy suelto la armadura de Saúl, la del miedo, el pavor, el terror, la falta de confianza y fe, la corbadía y tomo la honda de David y las cinco piedras lisas: el valor, el coraje, el impetú, pero sobre todo confianza y fe en que el gigante caerá a mis pies y le cortaré la cabeza con su propia espada.
Hoy es tiempo, hoy es el tiempo, hay que dejar el pasado atrás y tomar el futuro con todo lo que viene y vivir el presente al máximo como si el mañana no existiera.
Hoy salgo al campo de guerra y miro a mi enemigo parado en frente, fuerte y lleno se seguridad de que puede vencerme, lo ha hecho antes, no lo niego, pero hoy no, hoy es diferente, lo sabe, la fuerza con la que me levanto llama su atención y sabe que hoy soy diferente, hoy soy una guerrera.
No es mi primera batalla pero no fui una guerrera hasta hoy, hoy algo cambió en mí y la espada desenvainada anunciando mi llegada y la batalla más dura que jamás haya enfrentado, reclama una victoria que ya me ha sido dada. Vengo a tomar lo que es mío y me ha sido entregado.
A llegado el momento, ahora es el tiempo de salir a la batalla.