Adrian VeMo

Madrugada

 

 

Pretendo que la madrugada me mire

sin ojos mustios ni mohosos

que me mire con ojos acogedores

y acomode el cuerpo en su regazo

 

No temo a la oscurecida humedad

de la madrugada.

 

La humedad de la madrugada puede dejar hongos latentes

que silenciosos medran

en el jardín de mansa soledad que no sorportan

ausencias de chiribitas.

 

Quiero abrirle las pestañas a la madrugada

o hacer el intento

y vuele hacia mí el pájaro que encierra su pecho

 

yo sentiría entonces esa libertad

parecida al de las nubes

como cuando desenredan sus lluvias.

 

Que al despertar

derrame el sol su aceite virgen

y vírgenes resbalen sonrisas

para tatuar

a la oscurecida humedad

de la madrugada.