Suaves tus besos son,
como rayos llegan a mi corazón,
borrando de mí la oscuridad,
dándome amor para una eternidad.
Tus ojos ternura desprenden,
fácil me invades, todo de ti depende
antes de dormir no olvido mirarte
para que mis sueños tengan tu arte.
Del manjar divino nació este deseo,
del cual ahora soy preso,
tus dedos y los míos escondidos se unieron,
y en lo oscuro de la noche nuestros labios se fundieron.
Siento frio ahora cuando no estás,
y no entiendo porque de mi te vas,
calor de otro quieres ser,
te amarras sin miedo a perder.