Recuerdas amada
La Plaza de los Placeres
el día estaba jóven
nuestros ojos se observaron
sonrieron
se quisieron de inmediato
sin preámbulos ni ritos
sin pudores innecesarios
sin palabras ya gastadas
nuestras lenguas magistrales
se ataron enloquecidas
cual cataratas históricas
encontrando refugio
en nuestros cuerpos febriles
nuestras hábiles manos
corriendo libres y osadas
por los rincones ocultos
y esquinas desconocidas
y al llegar al ápice
al grito poderoso
al generoso relámpago de los tiempos
la anciana Plaza de los Placeres
reanudó sus tejeres cotidianos
gritando
bravo maestros!
Arte visual: Ian Welden