Con un mágico caminar
te internabas fascinada
en las aguas
abrazadoras del mar.
Desde la playa arenosa
observaba tu cuerpo
de azúcar en la sal,
te veías tan jubilosa
entre las olas,
tanto, que mi mente
te inmortalizaba
a través de mis ojos
cual si tomara
la más preciada foto.
El viento jugaba con tu pelo
y atrapaba distraídas gaviotas.
Tus manos dibujaban
circulares ondas
de ensueño,
en la superficie
de la extensión acuosa.
Todo era tan bello,
te veías tan donosa
y juvenil,
creí ver que navegabas
en un barco de papel
toda iluminada,
parecías una ilusión
embriagadora,
pensé que soñaba
y que despertaría
mas no me importaba
porque sabía que tu imagen feliz,
jamás se borraría
de mi memoria...
(Adolfo César) NAZARENO