Qué espero ya con los años encima.
Sólo queda el mirar, el recordar
los tiempos vividos en Miramar,
lugares que veo desde la cima,
desde la edad en que subido estoy.
Detrás de mí queda lo que hube sido
de ese recorrer en que ya no soy,
retratando mi mente lo vivido.
Que no me importa ahora ya el sentirme,
callada la voz, al pie de una roca
muerto, para no volver a evadirme.
Véngame hoy la muerte que me toca.
Me es indiferente de qué morirme,
aunque es mejor morirse de tu boca.
(salvador)