Nadie me dijo que era así.
Nadie me explicó cómo llegaban.
Frunzo el entrecejo, me siento, me embarga.
Y llega sin más, como una descarga.
Se agolpan en mi mente claras, limpias, puras,
todas las palabras.
Vacilo, me alejo y llega esa calma.
Así nace un poema: directo del alma.
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