No pude abrazarte, tus alas me estorbaban.
Un buen día decidiste alzar vuelo
dejándome en el valle de la duda.
Tu pie sigue anclado a mi, te duele al volar.
Me dolía tu dolor, ya no más…
Vuelas en círculos sobre mi cabeza,
esperas que tu presa no huya nunca,
que nunca alce el vuelo como tu.
Despreciaste manjares por comer carroña.
Lo siento águila real, no eres libre,
No sabes lo que es la libertad,
nunca fuiste más libre que cuando estabas a mi lado.
Perderás plumas y garras,
Volverás alicaído, vencido y agotado.
Pero tu presa ya no estará más.
Porque mi libertad no se ha ido nunca,
Mi libertad me reclama.
Alfonsina G.