Fundida en años mi vida,
caminaba la fe por aquella plaza,
desaparecida la esperanza entonces
parecía imposible recuperarla.
Perdí el rio de las risas,
de los aplausos y el fervor...
meditabundo luego me conformé,
con ser sombra del amor.
¡¡Evadido!! por la mudez
de la palabra y la oración
recorrí la calle del verdugo
que me degolló la ilusión.