Ahora que te has marchado,
dejándome abrazos zarcos,
congelando mi alegría con tu silencio,
lastimándome con lo inesperado de tu adiós...
Cuánto duele cada aliento que despido,
por estar sin ti, en estas lunas y alboradas,
abrazándome a tu sombra en mis vacíos,
amándote tan solo en mis espejismos…
Estar sin ti, es como vivir sin vivir,
es congoja que obnubila mi existir,
lágrimas en los ventarrones del viento,
lamentaciones dolorosas,
que envenenan las venas mías,
contagiando un rimero de soledades
en el desértico inicuo de mi alma,
suspendida en la esencia de ayeres
derrotada y sin ilusiones,
por estar sin ti, vida mía…
Luna&Poesía
14.09.2015