Hay una avispa
Muy lista
que oyendo una orquesta
se acercó coqueta
al violinista.
.
El violín sonaba,
la avispa zumbaba
al mismo ritmo,
y con gran histrionismo
el tono lograba.
.
A la avispa violín
le llegó su fin
cuando hincó su aguijón
al que toca el trombón
y la sacaron de allí.
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Autor: Alejandro J. Díaz Valero
Maracaibo, Venezuela