Y te amé con tal entrega
Que al partir olvidé junto a ti mi corazón,
Bajo ese manto estrellado, donde vi tus ojos brillar,
Llenando de sonrisas a mi alma entera, que encadenada se aferró a ti,
A tus palabras, a tus tristezas, a tus siléncios y hasta tu olvido,
Y alguna vez escucho
aquel sonido que retumba en mi memoria, cómo ecos graves, densos y pesados,
Un \"¿Por qué?...\",
Un \"¡No es justo!\" y un silencio que me suena eterno, tan eterno como infinito.
Aunque debo decir... que es verdad,
ya no duele tanto el vacío que resoplaba este agujero, el que tengo y que
Mi cuerpo ha asimilado hace años ya,
Y de aquel vacío que quedó, aun tengo la esperanza de que
La ciencia avance y la ortopedia solucione éste tipo de ausencias,
La vida compensa con presentes, cualquier pasado añorado,
Pero de vez en cuando, el frío, el viento, y el vacío, me recuerdan
Al eco lejano y profundo que llegan sin permiso a mis oídos...
Vera Alexssan