¿De qué habla mi boca?
De lo que el corazón siente y suspira
y de mi alma rebosa.
¿Dónde mis pies caminan?
Donde mi corazón ciego, se inclina.
Si habla mi corazón
se acaba el argumento complaciente
que asiste a la razón.
No podrá detenerme,
ni el dinero, ni el tiempo, ni parientes.
Cecilio Navarro 15/09/2015
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