Tienen tus brazos
la pretensión de abrazarme
y darme la vuelta al mundo
y sostenerme entre tus labios
y dormirme en tus palabras.
Tienes la luz más clara
cuando tus ojos se abren por la mañana.
Desayunas en mi pecho
lo dejas tan limpio, que por no quedar
no me queda ni pecho.
Te cansastes de mis besos este verano
pues espera al otoño
que viene vestido de rojo.
Ahora que los fantasmas se han ido a dormir a La Luna
que los locos andan sueltos por las esquinas
buscando conversación
yo salgo de paseo con tus labios.
Tienes el corazón de medio lado
del último mordisco que te he dado
Tienes la melancolía
como música de fondo de tu armario.
Tienes la sabiduría de los besos, dados en las manos,
que no pesan, pero su perfume no caduca.
Tienes la nostalgia de quien mira al mar y no nada.
Tienes la sonrisa vertical, dibujada en tu cara
y en tu cara, el deseo escrito en la mirada.
Tienes casi todo dobladito en los pliegues de tu falda
y aquello que no tienes,
lo guardas, debajo de tu almohada.
Tienes mi alma, mi cuerpo, y mis ganas
distribuye el tiempo, el orden
y mantenme suspendido en tus labios, todas las mañanas.