Has encendido una llama en mi alma,
VIVES! Y eso me basta para vivir.
Aunque no pueda sentir el roce de tus dedos
dibujando el contorno de mi rostro,
ni el calor de tu respiración próximo al mío.
VIVES! Y eso me basta para sonreir.
Aunque no pueda escuchar tu risa matutina
Ni tu pausado caminar junto a mis pies descalzos,
Que se deslizan con prisa hacia la diaria rutina
Desde el amanecer hasta el descanso
VIVES! Y eso me basta para continuar.
Aunque no pueda aspirar el mismo aroma
Que aspiras mientras el alba se asoma,
Ni observar el rojo crepúsculo que se forma
Al caer la tarde sobre el horizonte,
VIVES! Y eso me basta para recordarte un instante.
VIVES! Y eso me basta Para mantener encendida La llama en mi alma, un pasado que jamás se olvida. Y un recuerdo que se ama.
©Mirna L. Carranza Archila