Voy navegando sobre tu blanco cuerpo
con mis manos, cuan mariposas,
descubro tu pasión con mucho esmero
tu suave aliento, mujer de rosa.
Navego con amor tu desnudez
ahogándote toda en mi ansiedad,
comer tus labios ardientes con avidez
hacer vivir la vida, la realidad.
Dejar rosario de beso sobre tu espalda
dejando huella por donde pasan,
de mis labios ardiente que van besando
tu cuerpo esbelto voy desnudando.
Besar tus pechos, lindos pezones,
tomar de ellos su dulce crema,
que son alimento de mis razones
del niño amor, que nunca espera.
Tocar tu suave vientre, mis labios rojos,
tomar de tan bellos nicho, dulces fluidos,
cuan lava ardiente de mis antojos
y su embriagante aroma que nunca olvido.
Volver a tu boca para besarte
y compartir contigo tan rica savia,
dándote besos en tus labios, para adorarte
al hermoso cuerpo que yo absolvía.
Por: Manuel Palacios.