Entre nardos y azucenas
mi alma naufragaba enloquecida,
un átomo etéreo y fugaz
de esperanza preconcebida...
se deshacía en su silencio
en campos de añoranza y seda,
tristes precipicios...
heridos de lirio frío
y adornado en sus quimeras.
AUTOR: JOSÉ A. PANIAGUA MARTÍNEZ.