Quedan las frágiles letras
en los versos de la poeta,
que baña sus largas penas
en las aguas dulce del mar.
Aunque las aguas del mar
¡Son profundas aguas saladas!,
Fue la miel de su mirada…
las que las hizo cambiar
y su largo vestido blanco
es el puro y sagrado manto,
que envuelve tan débil figura
y del mar será su escultura.
La arena baila con el viento
Y una sirena escribe un cuento,
de las penas de una poeta …
¡de quien solo quedan sus letras!.
Marta Luisa Eichelberger