Rozan mis yemas el tibio terso de tu alba piel.
Suave aroma de mujer que obliga a infinitas formas.
Mi dedo recorre dunas desnudas sobre tu espalda lisa.
Cálido aroma que emana y sella mis labios húmedos.
Es un paisaje claro oscuro de sensaciones placenteras
que exploro con devoción a riesgo de extasiarme,
de extraviar mi cordura en el confín de tu vientre
o amarrarme a tus brazos que me aferran con amor.
Sudor placentero de hembra que embriaga mis sentidos,
y doblega sin esfuerzo mis ansias con ternura desquiciada.
septiembre de 2015