En las paredes del tiempo
le dejé escrito unos versos,
en el lienzo azul del cielo
pinté su hermosura,
y en el pentagrama de su alma,
con sangre de mis venas,
le hice una canción.
En las paredes del tiempo,
quedaron grabados los ecos,
de mis gritos desgarradores,
clamando por ella al infinito,
mientras en vida fui muriendo.
En las paredes del tiempo,
me quede soñando con ella,
con el aroma de su cuerpo,
y el sabor de su último beso,
que tiernamente ella me dió.
Iván Madueño Luján