Mis dedos recorriendo tu piel,
rozando lento como una abeja en busca de miel,
te amarro suave con mi querer,
no aguantas más, mi calor te hace arder.
Consciente estás, y junto a las rosas te posas,
cual delicada mariposa, te ves hermosa
no hay más remedio que seguirte,
y si lo hubiera, elijo darte lo que en mi existe.
Tu a mi lado, yo al tuyo
que hay más vida, no lo intuyo
en ti reclamo lo que es mío,
tus besos, tus fronteras, no sentimos frio.
El dios sol me despierta,
entre el júbilo de que el dos fue uno,
mis ojos no te encuentran ¡Que inoportuno!
no estás, te fuiste mientras soñaba,
te buscaré porque te quiero y mi ser te aclama.