Sólo te vi y me sentí enamorada,
pendiente de tus ojos y tus pasos,
y hoy que sueño tenerte entre mis brazos
no consigo acercarme a tu morada.
Y sigo percibiendo embelesada
tu figura de ensueño, y como lazo,
tu perfume me envuelve en el ocaso
para surgir como una ninfa alada.
El roce de tu piel ya lo he sentido,
lejano está de ser, a ciencia, cierto.
Sin embargo no niego que he vivido,
flor de vida, fiel semilla de mi huerto,
el día más hermoso que he tenido
cuando sacaste a mi alma del mar muerto.