Fue para mì un dìa normal.
Habìa llegado ya la tarde
y todo estaba en calma total.
Cuando lo veo llegar.
A usted, a usted señor.
Y caminar... y comprar.
Se acerca entonces a mì, pues va a pagar.
Y yo con sigilo lo empìezo a contemplar.
Que deleite!
Ese cabello, esas manos.
No lo puedo dejar de mirar.
Esos ojos, esos labios.
Esa ropa que tan bien porta.
Y esa voz...
Oh! que increíble sensaciòn.
Sè que se dio cuenta de mi mirar.
Pues un poco se turbaba.
Era algo que yo no podìa evitar.
Todo usted me cautivaba.
Su presencia a mi alma llegaba.
Usted sin querer me seducìa.
Mi mente estaba embelesada.
Mis ojos totalmente se complacìan.
Solo fueron unos minutos.
Usted se fue...
Dejandome en total èxtasis.
Los dìas estàn pasando
y su rostro se me està olvidando.
Mas no el placer que fue el mirarlo.