Pobrecillo tú que no sabes a donde ir
vagando sin rumbo sin nunca reír,
te preguntas que va a ser de ti
sin un camino por el que seguir….
Una mano amiga quisieras tomar
que te enseñe los pasos que has de andar,
que te guie seguro en tu caminar
con un corazón puro del que te puedas fiar….
Muchas cicatrices a tu espalda llevas ya,
agotado estás de tanto pelear,
buscando esa tranquilidad
que nunca acaba de llegar….
Cansado estás de tanto errar
tu alma, marchita, se quiere apagar
pero algo le dice que hay que continuar,
que quizás lo bueno esté por llegar…
Pobrecillo mío, que no te rindes jamás
por ser como eres, eres digno de admirar
¡lucha como tú solo sabes luchar!,
si la vida es justa te ha de recompensar,
con esa mano que tanto añoras
para juntos caminar,
entrelazadas las manos,
en los años que han de llegar.