Todo intento de revolución
comienza con un poema político,
con algunos reclamos,
con un poco de odio
y las letras como barricadas.
Espero de cada mexicano
su fuerza de pelea,
su pasión y su coraje
que entierre al cobarde,
pensaras que mi
revolución no existe,
que solo es una débil utopía,
una lucha irreal e inexistente
sueño revolucionario;
que no es científica ni cuántica
ni siquiera constante,
pero le basta mi fe
para ser verdadera.
Creo en el crecimiento del proselitismo
que son gestos fundamentales del pueblo,
sé muy bien en que consiste el riesgo de decir
ante las esferas del poder su verdad corrupta
pero para vivir calladamente tendré mi tumba,
mexicano, en cada uno y en cada una
existe la propia partitura de protesta
y es por eso que hoy te convido mi lucha
contra los políticos corruptos, ladrones,
sin ideologías humanas, contra los cabrones
que nos roban la alegría y el progreso,
esta lucha hermano es un combate largo
y muchos de nosotros no llegaremos al final
sino otras generaciones que vendrán detrás nuestro,
esta lucha hermano es una vida de verdad
con obligación de andar kilómetros
en busca de la justicia, de la igualdad,
cada paso que demos es nuestra herencia
para nuestros hijos.
Mi lucha se hace en el verso, en la prosa,
en las paredes, en las banquetas, en la calle,
ante el poderoso y sus cómplices,
pero también es tuya, de ellos que ya se fueron,
de los que desaparecieron, de los que lloran sus muertos,
y sobre todo del aquí y el ahora,
desde donde estoy mi aliento y mi prosa,
mi poesía que no mancilla a la nación,
y aunque mi andar sea estrepitoso
soy un hombre que se ofrece
y que se arriesga sin renunciar
al derecho de sentir miedo
de que un día su voz quieran a fusil acallar.