ROMANCE DEL SEFARDÍ
/Recordando a todos aquellos, que ayer y hoy,
abandonaron su patria y su hogar,
por causas políticas o religiosas)
Se arrastraba el sefardí
agarrando el candelabro,
mientras pasaba la rúa
toda cubierta de barro.
¡Sefardí, dime qué has hecho
por tanto siglos andando!
¿Quién la Torá, te ha rasgado,
que enrollada bien guardabas
cuando saliste aquel día,
antes que la luz llegara?
¿Quién te insultó en tu ventana
y a tu puerta blasfemara?
Pobre sefardí encorvado
en esa callejuela estrecha,
que cien miradas traidoras
te miran tras duras rejas,
mientras te vas al destierro
con tus lloros y tus quejas.
Hacia el desierto te ibas,
donde la tierra era cielo,
con gajos de uvas gigantes
y leche y miel por el suelo,
donde Yavé, era el más grande
que todos los dioses de ellos.
Pobre rabí ajusticiado
por tus cantos y tus rezos,
que tu pozo lo sellaron
y el agua quedó dentro,
que tu casa la quemaron,
en aquel Shabbat cruento.
Paso a paso vas andando,
por esa plazuela vieja
donde tus hijos jugaban
a trenzarte nueva trenza,
cuando el sol ya se ponía
en la aldaba de tu puerta.
De tu mano van tus hijos,
en esa noche agarena,
contigo salen cantando
cantos de dolor y pena,
unos salmos de David
y otros a la luna muerta.
El Kippa , ya lo llevabas
para andar hacia el destierro,
¡hay, sefardí de mi historia!
sin sol, ni luna, ni cielo.