Como dormida, declina la luna sobre tu tez,
Como dormida, tan blanca, tan pura,
Traslucida tus mejillas y tu desnudes.
Silenciosa, como dormida, ni un susurro de estrella,
Ni una nota del piano, ni un verso de Neruda,
calmada, profunda, como dormida te ves.
Los dos sabemos, que no habrá mañana ,
que alce en tu mano la espuma del mar,
ni será tu beso, sobre mi labio,
tan dulce y sereno para despertar.
En tu sueño, lánguida, cálida y vaporosa,
como el tiempo, el viento y la soledad,
como las lagrimas del alba sobre las rosas,
así dormida a mi lado estas .
Como dormida te beso la frente,
cayendo en los brazos de este gran dolor,
y prometo amarte, hasta que la muerte,
vuelva a reunir nuestro corazón.
Carlos Gabriel Plenazio