De vez en cuando aparece
una persona especial, que logra
hacerte despertar de la cuna
que no mereces y te ahoga.
Esa cuna forjada por miedos
de una vida que no has vivido.
Por la cual solo has paseado,
mirándola desde lo lejos.
Como ese niño en la ventana
que mira al futuro con ganas.
Pero finalmente despiertas
y te das cuenta de lo que has perdido;
sentimientos que no han explotado,
miedos que no has superado.
Los reconoces, los acaricias,
te das cuenta de lo estúpido
que no haber sido, ha sido.
¡Y te levantas! ¡ Y luchas!
¡Y enfrentas a los mal nacidos!
Te das cuenta que ya no estás vencido,
te das cuenta que ya no estás perdido.
Y vuelves a levantarte.
Y luchas de nuevo.
Tu mente explota a un nuevo mundo.
Tu corazón ya no esta encadenado.
Tu vida empieza en ese momento,
en el que te das cuenta que tus miedos
ya no te representan, ya no son vos.
Y vives. Y sientes. Y gritas.
Hoy estás vivo. Hoy estoy vivo.
Quieres todo en un instante,
pero aprendes a vivir el día a día.
Sabes que te mereces ser amado,
y que el amor es todo lo que has esperado.
Aceptas al pasado como real,
lo aceptas como inmutable.
Solo puedes hacer el presente
y luchar por lo que no ha llegado.
Y te levantas nuevamente
con un sentimiento de felicidad constante.
Porque finalmente has logrado
vivir la vida como siempre has soñado.