Me rebelo
ante este mundo divido,
enfrentado y fragmentado.
Ante las injusticias
de los justos y la tiranía
de los libertadores.
De las ideologías,
irreconciliables
y de la codicia.
De la inoperancia
de los declamadores.
Sola;
en la mirada sostenida
y sin armas
Sin la estupidez,
ni falsas recetas
entre lo humano
y lo divino
con el amor que ama con razón
y sin mordaza:
Te entrego
en silencio de oración
mi descalzo corazón
Mané Castro Videla