Me puedes, sobornas mi tristeza con un beso,
la vistes de fiesta y te sales a pasear con ella
como cuando adolescentes sosteníamos el cielo
y el amor; el amor floreciente.
Y regresas con tu cántaro a mis sienes
recogiendo uno a uno mis atardeceres,
mis vergüenzas débiles enrojeciendo
y el amor; el amor un desconcierto.
Me puedes; cuando abrazas mi incertidumbre
con el calor de tu pecho, entre senos tibios
nidal de ángel desnudado en vuelos
y el amor; el amor renaciendo.
Y te quedas, permaneces en mi vigilia
testaruda y caprichosamente tierna,
cobijas entre tus manos mis sueños
y el amor; el amor duerme con ellos.