Cecilio Navarro

Los siete velos rasos

 

—Soneto Polirritmico—

 

¡Ay de mí! Pobre bestia, enamorado

 de diosa divina. Cruel,  caprichosa,

cortesana sagrada y poderosa,

que trata con crueldad  amor de paso.

 

La danza de los siete velos rasos

la cubren y el misterio se enarbola,

la puerta al inframundo se abre sola

y cruza entre los guardias disgregando.

 

De su copa inmortal bebí delirio,

en la rosa fugaz busqué su genio

y el invierno feroz, tornó ventisco.

 

Siete puertas  a su orden se escindieron

Siete ciclos de vida, siete siglos

¡Siete!  Y aún seguimos, discutiendo.     

 

Cecilio Navarro  19/09/2015

Derechos de autor reservados