Donaciano Bueno

Nadie me tapará la boca

Cuando las emociones inundan los sentidos

las olas arrebatan el pensamiento al mar,

tan duro y tan difícil podrán compaginar

que ya el corazón y la razón quedan partidos.

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Los argumentos serán también apercibidos,

de dolor imbuidos y aún de miseria sufrirán;

incomprendidos, algunos, al aire volarán

y en pos de la obsesión finarán de muerte heridos.

 

Así es la lucha entre dios, los ángeles caídos,

el bien y el mal, aquello en que se cree, el qué dirán

y en esta disyuntiva las horas pasarán

y los dos habrán de denunciar ser perseguidos.

 

Mas no encontrarán un juez presto a dictar sentencia,

que admita la clemencia y absuelva a la razón;

ni habrá quien, libre de culpa, alivie al corazón,

y que a la una o el otro le imponga penitencia.

 

Cada uno habrá de elegir aquello que le toca,

si a la cordura atender o hacerlo al sentimiento,

mas diría que traiciono a la razón, si miento,

porque a mí, nunca, nadie, me tapará la boca.

©donaciano bueno