Somos criaturas hechas por la misma mano,
hijos del mismo padre,
hermanos espiritualmente hablando,
creados por el mismo poder
y por el mismo amor.
Entonces hermanos, yo me pregunto:
¿Por qué las guerras?,
¿Por qué la envidia?,
¿Por qué el rencor?,
¿Por qué nuestro padre sufre al ver
con tristeza que nos matamos
unos a otros sin razón?.
¿Por qué, hermanos?, si todos
conformamos la gran familia de la humanidad,
si todos somos parte de esta gran creación;
entonces,
¿Por qué reímos de la desgracia de nuestro prójimo?,
¿Por qué dejamos que nos manipule la maldad?.
No olvidemos que somos hermanos,
no nos hagamos más daño;
recuerden que nuestro padre sufre
por nuestra indolencia;
recuerden que el amor puede
más que la violencia.
Hermanos, la vida es un regalo,
no desperdiciemos pues este obsequio
y empecemos a vivir juntos en armonía,
recuerdes que todos somos hermanos,
recuerden que somos todos una gran familia.