jorge enrique mantilla

LA VIUDA NEGRA

LA VIUDA NEGRA

 

Una noche fría y húmeda, de neblina densa y sombría

Por las calles empedradas, la sombra lenta transcurría

Presuroso de camisa abierta, sudoroso sin recompensa

De mirada atrás, tembloroso sentía, que alguien me perseguía

 

Recordaba por instantes, la tristeza amarga de quimera

De andanzas preciadas de aventura, de pasión y sufrimiento

Por alcanzar ilusiones mundanas, razón de mi abatimiento

De ese amor intenso, como las olas del mar que enfrento, sin sentimiento

 

Un escalofrío lento, recorría el cuerpo en sus entrañas

Blandiendo una enagua negra, como la noche oscura

En silencio, la sombra se acercaba a las cabañas

La angustia aceleraba, alcanzando el filo de la amargura

 

La viuda negra, carga a cuestas el féretro de su recuerdo

De ese amor intenso que lleva dentro, de rencores y maldiciones

De blasfemias y pasiones, de muertes de sus maridos y sus razones

Que acabaron de sus intenciones, perseguida con rencor, por sus acciones

 

El frío intenso bajaba de la cumbre, presagiando invierno

Aquel velo largo, cubría el rostro, del hechizo negro

Marcando uno a uno, los funerales, prolongando el camino del infierno

La hoguera de su alma, clama fuego de pasiones bajas, de remordimiento

 

Criatura, de mirada lujuriosa y de llanto imperioso inmortal

Testigo silencioso de sus maridos, la muerte, apetito infernal

Veneno que acumula en su boca, lujurioso de amor sentimental

Noches iluminadas de luna, arrastra su cuerpo y su túnica fantasmal

 

El velo transparente y oscuro, deja ver sus ojos saltones, seducidos

Enigma que se esconde en su cuerpo, de belleza rara de oscuridad

Irresistible de mirar, de sensualidad macabra e irreal

Causa deseos de miedo, palpitantes gemidos de ultratumba, de sus maridos

 

Viuda negra, hambrienta de ambición, injusticia y seducción

Cruza los campos, llenos de intenciones, bajas de codicia

Abarca la soberbia, la ilusión efímera del poder

Con su vestido negro, llena de llanto sombrío tenebroso, de la fama que acaricia

 

Viuda negra, que se desliza silenciosa entre la tristeza y el dolor

Lleva a cuestas, sus horribles sentimientos de amargura y muerte

En las noches tenebrosas, en la cima del monte se oye llorar

Los rayos de la luna traspasan su velo, de su rostro pálido e inerte

 

Criatura infernal, viuda de mirada impaciente en la oscuridad

De perfume envolvente, entre las sombras, clama imponente

De su belleza, sensualidad atrayente, tenebrosa sin piedad

De sonrisa, que hiela la sangre, se esfuma y palidece lentamente

 

Viuda negra, que engañas con tu manto negro, las miradas

Viuda negra, que matas y envuelves en tu velo, las mortajas

Viuda negra, que enredas con tu belleza, de hermosa mujer

Viuda negra, que hipnotizas con llanto lastimero, de sus quejidos, desgajas

 

Viuda negra, que infundes miedos a los caminantes vivientes

De aquellos que murieron, en sus garras sin dolientes

Con sus ojos saltones, de reojo de seductores

Con su risa macabra, estrangula maridos, como cualquier delincuente

 

La noche se calma y la sombra macabra, se acerca con tenebrosidad a la mía

El frío, carcome el cuerpo y en su capa negra, abrigarme en su regazo

Su velo entreabierto, cubre mi espalda, su rostro frío de frente se unirá

La luna, ilumina nuestros corazones, arrebatando sus besos inmortales

 

La noche, calma la ilusión llena de fulgor de ardiente pasión

Se estremece mi cuerpo y en la lejanía, el fragor de una letanía

La vida me ha arrebatado y de su capa negra, con mi sangre se ha manchado

Viuda negra, que arrastra mi cuerpo, de aquel sueño, aún no he despertado

 

“Joreman” Jorge Enrique Mantilla – Bucaramanga, Sep 16-2015