Araceli Vellber

No encuentro tus labios.

 

No puedo tener,

una boca sin labios,

unos labios,                                                        

sin besos,

y unos besos, sin otra boca,

que no sea la tuya,

cuanto está cerca.

No hay medicina en la farmacia

ni farmacia de guardia

para los ataques de melancolía,

ni pócima secreta del boticario,

que evite el temblor de mis labios

cuando veo los tuyos, en la lejanía.

No puedo jugar con mi saliva

si no es a base de tragos de tequila

cuando tus labios no vienen todavía.

No puedo tener, la soledad

de la boca de los callados

sin un hombro donde descansar.

No encuentro tus labios

en aquel cajón, con candado.